Una oportunidad ante el miedo, un deseo en el río implacable de lo rutinario.
Ahí estás. Las palabras pretenden entibiar tu mirada, pero ahí estas.
Te veo desnuda de léxico y vestida con el turquesa de tu mirar.
No hay diccionario que explique lo que acá sucede...
Tu mano repasa mi piel y va plantando ilusiones.
El riego de tus ojos se mezcla con el calor que convida tu pelo
y la comodidad se hace abrazo.
El dolor ya no encuentra lugar,
ahora hay un vacío esperando tus flores...
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