viernes

La puerta abrió en llanto

Compartimos un aire seco
antes de esa tormenta perfecta.
Desconocimos que toda lluvia
tiene fecha cierta

Hasta el día en que el agua lavó  lo sagrado.
El día en que la puerta abrió en llanto
y quemó el nudo de esta unión de paso.

Infinita mientras duró.

Llovieron flores entre nosotros,
se armó la enredadera cotidiana.
Nos alejo la belleza de sus ramas 
hasta no vernos nunca más.

Fuimos apenas, un salvavidas de piel,
hecho a retazos de amor para convidarnos.
Arrastrabamos el temor al calendario,
solo buscábamos, un templo que rezar.



 Dedicado a los valientes que amaron sin sentir amor....