En el suspiro de un pájaro fatigado se esconden las pruebas,
y yo tan acostumbrado a la mala televisión, solo soy capaz de ignorarlo.
Escupo una prosa y tacho cuatro frases, camino seis cuadras y
rebobino mi ficción en sesiones semanales de una hora, por 80 pesos.
Recorro puntillosamente cómo succioné ese pezón y cómo bebo de este.
Soy hueso, tendón, grasa y musculo y no entendí nada....y así me iré.