lunes

Nad(!)a

El viento en tu voz desplomó la bufanda que ahorcaba mi cuello y tapaba mi mirar,

Con la bofetada de tu cuerpo compartido, inauguraste la hora del llanto,

El dique de mi lagrimal se abrió para soltar el descargo adolescente sobre mi.




Lejos de no entender, en las 10 cuadras que me alejaron de vos compuse un vals para uno solo,

Jugué un tiempo con ser “el abofeteado”. Juzgué a displacer.




Fui contra tus dioses, me salude con la ciencia unos meses,

flotaba en el sopor de las pócimas de la modernidad.




Compre y vendí carne en el mercado de la noche,

pagaba con el engranaje que filtraban mis heridas,

Conté tu historia una y mil veces. A veces le armé un nuevo final.



Respiraba caprichoso con el talento de un infante,

proyecté desolación y encontré abrazos conjugados en los escritos de Paulo Cohelo,

Recetario de consejos para tapiar lo presenciado.



Nada.


5 años más tarde estás ahí, una paloma aplastada por la rueda de un Peugeot 504 verde.

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