martes

Poema moral (pastiche de varios poemas)

Tu latido juvenil enchastrado por la sangre que salta de los cuerpos,
en la carnicería que promueve el ritmo descorazonado.

Cubiertos con plástico los besos no saben a nada más
que a ese envoltorio, que muchos usan para abrigar la soledad.

Porque nadie piensa con la boca abierta y la lengua de un desconocido adentro,
porque nadie siente la alianza de salivas si solo escupe a una otredad,
Porque nadie puede querer los labios de un desconocido.

Con la brújula tapada, olfateas todo lo que suda brillo,
pero nadie te cuenta del frío de un abrazo incómodo
nadie te dice lo que es sentir el aliento de un nadie para paliar el dolor de la soledad  

Edulcorada por la fantasía de la falsa liberación,
caminas presa de tu indecisión,
pero no dejes enfriar tu corazón.

Porque lo que acá lloro en letras pretende explicar:
(y que desgracia tener que explicar)
Que la libertad nace en el otro,
y que no hay preso peor,
que el que se encierra en su propio cuerpo.