lunes

Profilaxis derrumbada

Sentí la omnipotencia de un niño que amasa plastilina en salita verde,

me dejé besar la piel por el agua que desprendías de tu vientre,

miré el espejo en el techo y sudaba nuestra imagen.


Jugué un rato con los minutos y segundos que dejaría pasar,

Maneje mis tiempos.

Hasta que me fui en cuerpo.


“Entre la lengua y el paladar, la saliva reina”, me dije.

sentí el desperfecto pero silencié mi sentido de emergencia,

busqué sostenerme en la sombra más tenue de mi cuerpo,

Pretendí no activar las respuestas y reproches paternales.

No te avisé.

Escondí la semillita, envié la carta a París. Me vestí, te besé y salí…

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