miércoles

Y estallarán por los aíres los envases

Estoy listo para cortar los cables que atrasan las horas,
para deshacer esta comida a base de sintético,
jugar un rato en la rueda de la muerte, que me proponen,
y abandonarme en la canoa que me lleva al río del olvido.

Tomar la pastilla y festejar la modernidad envasada,
saltar, llorar, reír y gritar en un baile desquiciado,
como un niño sin su regalo de cumpleaños.

Viento, traeme algo que conquiste mis sentidos,
deja de proponerme plásticos y vidrios.
Salvame de la tortura de oler cemento y amoniaco,
deja que me levante ante esta maquinaria y grite basta.

Soltate el pelo, dame la mano y corre conmigo,
granadas lloverán entre nosotros como pétalos de otoño.
Deja que desangre a tu lado, que trituren mis huesos y mis manos,
que prenderé este sentir inagotable y estallarán los envases por los aíres.

viernes

//Cerca de las tres décadas...//

Encontrar un amanecer en tu abrazo, en el que el sol queme todos los libros.                    
Recorrer la noche descalzo, con el pasaporte de mis ojos atravesando lo inmenso de lo oscuro.

Enterrar al oficinista y dejar suelto al sentir,
acariciar la música que desprenden los días,
cosechar suspiros y seguir vaciando los bolsillos.

El viaje se hizo lindo cuando entendí que no iba ningún lado y que no había nada que cumplir.