jueves

L-L

La poesía encarnó en tu cuerpo de guerrero herido.

Ya sin fuerzas para sostener el escudo, se dejaron ver los surcos secos de los lagos de la pena, que anduvieron por tu cara.

La mirada afiebrada en el recuerdo de saber que tocaron la fibra que no tenía caparazón,
y en la boca, la mueca nostálgica de haber caminado con el estandarte arriba.

“No lo dejes caer. Que no toque el suelo”, resonaban las voces de antiguos hidalgos en tus oídos.

La valentía de ser siempre el mejor blanco, para quien dispone de la flecha que embriaga la razón.

En las horas oscuras, cuando las figuras del dolor dancen en las paredes de la mente.
Cuando la derrota parece lista para ser coronada en su reinado de desilusión, vendrá por ti la utopía, de volver a ser uno en dos, y en su corcel blanco de la inocencia te abrazará en una nueva causa....

martes

El horizonte próximo....

Con cuerpo de faro se edificó en medio del pueblo, lejos del río, cerca de mi llanto.

Señorita con luz cálida, iluminó la marea que caía de mis ojos hasta secarla.

Me acobijó en su inmensidad y abrió su ventana de paisajes a soñar.
Cuando callé, escuché las melodías de su silencio.

Me vio herido y cerró las penas destapando su vientre,
lo bello del mundo, me esperaba allí...

miércoles

Fogata de San Juan....

Camino obligado por el jardín de mis recuerdos,
junto las flores que te vieron correr desnuda y las voy quemando.

El fuego se enciende con el rencor de la cobardía en la que me esperabas,
te proyecté valiente, y la mirada inválida ante tu belleza, no me dejó mirarte entera.

Todo será devastado, incluso este acolchado verde con el que veo,
que fue abrigo en el que supiste descansar tus miedos.

Las enredaderas con las que protegí tus deseos, se secarán esperando mi riego.
El mismo final le espera al lago de ilusiones en el que bañamos nuestros cuerpos.

Son órdenes del rey Razón y mi cuerpo, ahora lacayo y cansado de revelarse en la metáfora hueca que fue amarte, hoy prefiere acatar...

viernes

Destino-desatino de un recuerdo....

Levanto la copa una vez más, sé que en el fondo me espera tu cara.
Voy cerrando los ojos al tiempo que se abre mi garganta.

Los ríos del jolgorio van llenando mi sombrío interior.
Ahí, donde la luz no habita está encarcelado tu recuerdo,
y el líquido sutil va erosionando los barrotes. Libera las imágenes,

La mano seca la primera gota que se desprende de mi mirar,
su inútil intento pretende contener el Niagara con una pared.

Ahí me voy, ahí te vas, ahí nos vamos...

Viajan los abrazos, los besos, las promesas en esas burbujas líquidas
con destino final el suelo.

Entre la segunda y la tercera copa rompí la brújula.
Mi cuerpo se incorpora y con el zapato lleno de mugre,
me paro justo en el charquito de lo que hemos sido....


Animal de cautiverio

Vengo hasta acá y traigo un cuerpo que fue conjugado en otros brazos,

mis carnes manoseadas, son testigo del desamor.

Arrastro la cruz de un sentir errante y los pies fatigados me dejaron aquí.

Mendigo de caricias, confundo pieles y deseos con sentires.

“¿A dónde voy con todo esto?”, le grito al sol que omnipotente me ilumina sin habérselo pedido.

Hasta aquí, desatino de corazonadas ahogadas con los ríos de la alegría impuesta.

Sedantes imperfectos para este mamut que late y está hambriento de tu amor

lunes

como esperando flores en otoño...

En esta orilla la fragilidad reina entre un pasado imperfecto y un presente de quizás,
y vuelves a morder tus labios para frenar las palabras en secreto compartidas.

Los oídos en su histeria empírica reclaman lo que no llega,
y en el fondo la muerte nos devora sin remedio.
El tiempo juega en su urgente melodía de segundos que fallecen uno tras otro,
y quedará virgen tu boca en el desatinado plan de no traducir al sentir.

Como un niño en día de cumpleaños, mi sonrisa se irá quebrando con el paso de las horas,
pues tu regalo, a lo mejor, quedará solo en envoltorios....

miércoles

Hasta luego...

Te beso por si es la despedida,
aquí me sobra una sonrisa y ya no estás..

Bailé en el carnaval de tus ojos hasta que te diste vuelta,
y en mi ropa los jirones de tu pelo me anudaron al recuerdo...

Respiro atolondrado esperando la herida que me dejarás,
es lo único que aprendí a disfrutar.

Vivo infinito este amor con fecha de vencimiento.
“La Mujer” es una y son todas las que encarnaron sobre mi,
y yo la sigo amando.