martes

Abrigando esperanzas

Tu voz arrulla el dolor y lo pone a dormir,

mientras tus manos dibujan en el aire grullas, que van convidando mensajes de paz.

Abriga tu mirada y el vientre es almohada de mi sueño.

Las pesadillas se vuelven imposibles en esa porción de piel

y en un instante de luz, tu ombligo le susurra a mi oído:

"Lo profundo llega con un corte".

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