Me refugio en la última porción del aire de mi respiro.
Encerrado, floto lejos de esta barricada de racionalidad.
Las palabras atropellan al sentir y lo dejan paralítico,
las hienas del individualismo van despedazando la unión.
Entre el filo de un recuerdo y este nuevo sentir enyesado,
se agota mi última sonrisa.
Reglas, tiempos y espacios se conjugan en un uppercut a la mandíbula de la ilusión,
Ya no encuentro lugar para respirar, mientras afuera de mi cuerpo escucho:
“Dejar Ser en paz”
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