martes

De un sábado en un castillo.

La lluvia de palabras silenciadas, descansaban en tus pechos.
No hizo falta hablar.

Desprendían de mis ojos, planeaban hasta allí.
Ibas flotando en ese cielo de sábanas que estaba ahí,

las nubes eran el caos de mis manos,
y te arropaban, te cuidaban del temor a pensar,

"estoy volando,
estoy sintiendo".

Quedé solo piel, ya ni ojos había,
Las caricias agotando significados,
nada nombraba,
nada encerraba,

nadabas en mi....

No hay comentarios:

Publicar un comentario