Pretencioso, nace con el propósito de encarnar en su acto lo inabarcable,
en su gesto contenido se detiene el tiempo y solo permanece el espacio que lo aleja de su objetivo,
con la valentía de un kamikazee surca el aire y se acerca a un destino final amable,
ese desenlace, aquel instante que le dará una muerte que lo hará sentir vivo.
Allí van mis labios a hacerse beso en tu mejilla....
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