lunes

Kill-frappuccino (Oda a la plaza Conesa)

De  una tarde en la que las plumas tapen el sol.
De los pájaros que mutilamos en el afán del progreso,
de sus patas manchando la plaza con sangre,
ensuciando los trajes de novias blancos (de miedo),
ultrajando las fantasías de princesas, de las quinceañeras (de clase media).

De la plaza del frapuccino sufriendo la rebelión de los gorriones,
que gotean como micro-dosis de azúcar su mierda para edulcorar tanto sueño palermitano.

Adentro mio, un fuego quema la plaza y lo peor de mi,
festejo las quemaduras en un baile desnudo con gritos de infancia,
 mientras un joggin se hace humo
y me disfrazo de jorobado de Notre-dame para alejarme de todo,
 una vez más.